Y ahora, para que no digan que soy un aburrido, les dejo un pequeño relato (no me animo a llamarlo cuento) que espero les saque una sonrisa.
————————————————————————–Esa noche Ramón dudó un poco. El peso oscuro del arma temblaba en su mano.
Al final, no sin temor, se decidió…
¡No podía seguir así! Había perdido el trabajo y a su edad le sería muy difícil, por no decir imposible, conseguir otro.
Para colmo su mujer lo había abandonado en el peor momento de su vida.
Ya hacía tres días que no comía.
Acercó lentamente el revólver a su sien y comenzó a apretar el gatillo poco a poco, muy despacio…
Lo sorprendió el «clik» de su arma vacía.
Era un desgraciado. ¡Ni para balas tenía!
…………………………………………………………………………………………………………
LUIS RODRÍGUEZ.
Jajajaja… Gracias a Dios!!! Pobre hombre…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Más desgraciado no podía ser.
Me alegro que te causara gracia.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Eres malvado, me pones en la disyuntiva: ¿Me río de su desgracia o de su fortuna?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo importante es reirse.
El pobre ni para suicidarse servía.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Pues a reír entonces, que las diferencias desaparezcan bajo el manto de la risa.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Por lo que cuentas, el protagonista también anda escaso de memoria. Ya había gastado su último cartucho.
Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
El pobre, con todos sus problemas, ni se acordó de las balas.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Jajaja muy buen relato Luis 🙂 besos llenos de sonrisas te deseo un hermoso martes, muashhh.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Otro beso para vos.
Muchas gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Otro grande Luis 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Al final era un verdadero afortunado. Buen relato corto.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Según como se mire No le salía nada.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tuvo buena suerte!
Me gustó tu relato, abrazos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por leer y comentar.
Aunque yo no lo veo con tan buena suerte, pobre desgraciado.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Menos mal… la vida sigue y después del temporal, por muy duro que sea, siempre sale el sol. Los buenos marineros no se hacen con mares tranquilos. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Todos tenemos problemas. Pero al pobre le sobraban.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues el tema es escabroso. Por una parte, me hiciste reír; por otra, lo sentí por el pobre desdichado que, desgraciado como es, no puede ni poner fin a su existencia. Cuando nos sentimos hastiados de la vida, creo que lo mejor es, al menos, poder ser dueños de la misma y tomar la decisión de ponerle fin. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Estoy de acuerdo.Cada uno es dueño de su vida.
El pequeño relato es agridulce, como algunas comidas.
Muchas gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es que si Ramón no se suicida por todo lo que le ha acontecido, sí es para que se mate porque no le funcionó el arma suicida.
Abrazote, Luis, excelente historia.
Me gustaMe gusta
Es para matarse! _fue lo que pensó.
Hasta el suicidio me sale mal.
Tengo un cuento en que el psicólogo lo convence de que la vida es linda.
Sale contento a la calle… y lo atropella un auto.
Gracias por comentar.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Muy ácido, jaja. Su desgracia le salvó la vida…pero no de dejar de vivir desgraciado. Muy bueno.
Me gustaMe gusta
Lo que se dice una desgracia con suerte. No servía ni para matarse.
Gracias por comentar.
Un saludo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Intrigante relato! Desgraciado o afortunado? Depende de la óptica con que lo miremos. La esperanza es lo último que se pierde y la vida cambia de un momento a otro. Un cordial saludo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Depende. Pero de la muerte no se vuelve y quedando vivo se puede arrepentir.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
After all.He must try to find somebody to help him.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Muchas gracias por comentar.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
You’re very ironic, my friend. 🙂
I love your point of view, anyway
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es triste y gracioso a la vez.
Ironías de la vida, supongo.
Me ha gustado.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un pobre desgraciado,con tanta mala suerte que ni suicidarse pudo.
Exagerar las desgracias resulta gracioso, no sé por qué.
Gracias por comentar, un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Seguramente porque no son reales. Quizá si supiesemos que son ciertas, no nos la causaría.
Un saludo
Me gustaMe gusta