Estaba encerrada en la enorme habitación.
En ese momento alguien se acercó, y ella se escondió en un rincón.
No estaba segura de si la habían visto. Sin embargo el extraño lanzó un gas al aire.
Se dio cuenta de que éste le impedía respirar, causándole grandes dolores.
¿Que mal le había hecho? No recordaba ninguno.
Pegó contra la ventana con todas sus fuerzas, viendo a través del vidrio su libertad.
Pero era muy grueso. Solo consiguió lastimarse en su desesperación.
Miró con ansia el jardín, tan cerca e inalcanzable.
Cayó al piso, dándose cuenta de que eran sus últimos momentos.
Moría, y no podía hacer nada por evitarlo.
Con los últimos destellos de su razonamiento repitió mentalmente muy confundida:
«¿Qué le hice?»
Finalmente todo se tornó eternamente negro. La muerte había tomado su cuerpo.
La mosca quedó tirada, en un rincón de la cama.
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LUIS NELSON RODRÍGUEZ.
Buenísimo!!
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¡Muy bueno, Luis! Me mantuvo en vilo hasta que me sorprendí con el final y me dejó con remordimientos…
¡Un gran abrazo!
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Luis es precioso. Me gusto mucho. Feliz miercoles compañero.
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Muchas gracias.
Siempre tan generoso.
Un abrazo.
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Me gustó mucho el que jugarás todo el relato con el suspenso, incluso el terror, y el final fuera un guiño de buen humor. Excelente relato, Luis.
Te mando siempre un grande abrazo, amigo.
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Otro para ti en este saludo intercontinental.
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Muy bueno amigo. Un abrazo
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Oooooh! cuando al final desvelás que era una mosca has sacado mi sonrisa, porque no me lo esparaba, imaginaba otra cosa. ¡Pobre mosca! Un cordial saludo
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Otro para ti.
Me alegra que te gustara.
Saludos.
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